En un viaje a Irlanda conocí a unas señoras de Soria. Como muchos sorianos vivían en Madrid, pero siempre recordaban al pueblo de Atauta que las vio nacer. Ese cariño lo transmitieron a sus hijos. Uno de ellos descubrió en sus investigaciones un asteroide y quiso que tuviera el nombre de este pequeño pueblo.
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Atauta destaca en el cielo gracias a un nuevo asteroide
Cuando el día de San Lorenzo se mire hacia el cielo buscando la lluvia de las Perséidas muchos podían intentar buscar un asteroide con ascendencia soriana: Atauta, el descubrimiento del astrofísico Alfredo Sota Ballano, que trabaja de operador de telescopios en el observatorio de Sierra Nevada.
Su familia materna era natural de Atauta, desde su madre, abuelos y bisabuelos y así hasta once generaciones de antepasados que ha localizado gracias a la afición de Sota a la genealogía, que le ha llevado a completar su árbol genealógico desde 1653. De pequeño pasaba largas temporadas en verano, Navidad y Semana Santa, pero el trabajo y su vida personal (su mujer, Mónica y sus dos niños pequeños viven en París por trabajo y él va y viene desde Granada a la capital gala) le impiden acudir a esta pedanía ribereña tanto como le gustaría, pero eso no le impide hacer este regalo.
Y es que, de manera completamente casual», en 2003, Alfredo Sota tenía como trabajo observar transneptunianos (objetos del sistema solar mas allá de la órbita de Neptuno). En estas observaciones hay que tomar imágenes de una misma zona del cielo durante varias horas. «Y en una de las campañas de observación de transneptunianos de 2013 encontré un asteroide que aun no estaba catalogado», explica Ballano mientras recuerda cómo descubrió Atauta. A partir de ese momento tuvo que enviar las coordenadas del nuevo asteroide al MPC (Minor planet Center), que es un departamento de la Unión Astrofísica Internacional (IAU) que se encarga del registro, seguimiento y estudio de los cuerpos menores del sistema solar, y ellos le asignan un número de registro provisional (en este caso era 2003KT13). Después de varios años de observación y estudio a estos asteroides se les asigna un número definitivo (en el caso de Atauta fue 259387). A partir de ese momento, el descubridor tiene derecho a sugerir un nombre, que tiene que pasar el visto bueno de un comité para analizar si el nombre es adecuado y así se aprobó que el asteroide recibiera el nombre propuesto por su descubridor, Atauta, y se publicó en el boletín de julio de 2015.
Terminaba así este regalo en forma de hallazgo, un detalle que desde ese momento permanece en el firmamento recordando a Atauta. El asteroide pertenece al cinturón principal de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter, «es un asteroide pequeño, como su pueblo homónimo, y frío como las tierras de Soria», explica el astrofísico de raíces sorianas. Atauta tiene un diámetro de entre dos y cuatro kilómetros y una temperatura de unos 70ºC bajo cero. No tiene atmósfera y tarda cuatro años y medio en dar una vuelta al Sol. Ahora se encuentra a 395 millones de kilómetros de distancia de la Tierra, pero no supone ningún peligro.
«Siempre he tenido muy buenos recuerdos del pueblo de mi madre y disfrutaba mucho mirando al cielo por la noche en Atauta», explica Alfredo Sota, cuya vocación nació en la Ribera.